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Volando un Aguililla

by - diciembre 23, 2020

Hoy quiero hablarles de mi amigo Caín.


Caín es un macho de Aguililla de Harris (Parabuteo unicinctus), un tipo de ave que pertenece al grupo de las rapaces.

¿Qué hace tan especial a las rapaces?
Sus ejemplares tienen una visión asombrosa (la más poderosa del reino animal), adaptada para detectar a sus presas con facilidad incluso a grandes distancias. También poseen garras fuertes con el fin de capturar su alimento y un pico curvo que les permite desgarrar la carne. A las Aguilillas de Harris les gusta habitar desiertos y áreas abiertas de matorral. Dentro de México se han registrado encuentros en casi todo el país excepto en los estados de Hidalgo, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. (Según ebird.org)

Familia de Aguilillas de Harris. Foto por: Martín Ortega Geraldo

Estas rapaces se caracterizan por ser gregarias, es decir, que viven en comunidad. A la hora de buscar alimento realizan estrategias de cacería que se comparan a la de los lobos, porque cazan en grupo, de ahí el apodo que reciben: “Los lobos del aire”.
Desde su primer aliento, Caín ha estado rodeado de personas. Gracias a esta interacción temprana con los humanos (proceso llamado impronta) él nos considera como parte de su comunidad (o familia).


¿Cómo es Caín?
Caín tiene una personalidad interesante. Es enérgico, imponente y disfruta la compañía de las personas que cuidan de él.

Nació en cautiverio en un criadero de aves rapaces de la Ciudad de México en donde cuentan con el permiso legal y las debidas instalaciones para reproducir y tener a la venta diferentes especies. Sí, se puede adquirir un ejemplar siempre y cuando se cuente con lo necesario para mantenerlo.

Su pasatiempo favorito es volar en los campos de Baja California (México) y sus diferentes formas vegetales: matorral, chaparral, bosque de encino y bosque de pino. Cuando vuela entre los encinos, me recuerda mucho a las Aguilillas Pecho Rojo (Buteo lineatus) porque a menudo las encuentras en esas áreas boscosas. 


Hablemos de su alimentación

En vida silvestre esta especie caza conejos, liebres, ardillas, ratas, ratones, reptiles, algunas aves e insectos. Caín necesita los nutrientes que le aportan estos animales aunque él haya nacido en cautiverio. Todos pueden conseguirse en criaderos, en especial las ratas y ratones, ya que los silvestres corren el riesgo de estar envenenados si andan dentro o cerca de las ciudades.

Un ave rapaz sana está siempre fuerte y lista para la acción.


El vuelo

Su ejercicio es salir todas las tardes a volar y hacerlo se transforma en un ritual por sí mismo que envuelve esta preparación previa: 

Escoger sitio de vuelo:

Antes que nada es importante conocer el lugar donde va a volar el ave. De preferencia un campo abierto en las afueras de la ciudad, que no sea concurrido por personas o por mascotas. ¿Por qué? El ave está expuesta al peligro de electrocutarse si se percha en cables, puede atacar o ser atacada por una mascota, un vehículo motorizado puede impactarse contra ella y otros riesgos similares. Además, hay personas que no conocen a estas aves, piensan que son una amenaza y terminan matándolas. Increíblemente, aún sigue ocurriendo esto último.

Cada vez se vuelve más difícil encontrar un sitio al aire libre que no esté impactado fuertemente por el humano, pero bueno, les contaré más acerca de eso en mi próxima publicación.

Equipo:

Equipo de un cetrero. Foto por Equipo de Cetrería Águila Real

La cetrería (el arte de adiestrar aves de presa para la cacería), a lo largo de los últimos cientos de años (desde antes de la edad media) ha ido perfeccionando cada artículo para tener una mejor convivencia con el ave rapaz. En esta imagen vemos guante, caperuza, muñequeras, pihuelas y lonja. Es tan efectivo cada elemento que se usan también en centros de rescate, rehabilitación y conservación de aves rapaces.

Y hay más artículos que se necesitan pero siendo breves, esto es de lo principal.

Conocer su peso:
Es necesario pesar el ave antes de salir. Las rapaces de cautiverio vuelan con cierto peso que se conoce conforme al crecimiento y su entrenamiento. Si lo sobrepasan puede haber cambios en su conducta.
*Los machos de Harris pesan menos que las hembras regularmente (esto es habitual también en otras aves rapaces).

Preparar su alimento:
De acuerdo a su plan de alimentación se lleva la cantidad necesaria para el ejercicio de vuelo.

Contar con transportadora a la mano:
Es un accesorio que como su nombre lo dice, ayuda a trasladar al ave de un lugar a otro de forma segura. Los tamaños varían dependiendo del ejemplar. Debe estar limpio todo el tiempo.


La Experiencia

Para que un aguililla sea capaz de andar libre en el campo, se realiza un entrenamiento previo, pero eso es un tema más extenso… mejor ahora vayamos a volar al ave.

Imagínate la escena: Llegas al campo lleno de matorral costero (arbustos chaparros) y, como estás lejos de la ciudad, el bullicio no es tan fuerte. Escuchas algunas aves merodear, el crujir de las ramas con el paso del viento y sientes la ligera y agradable calidez del sol, esa que se agradece en un frío día invernal. Echas un vistazo alrededor para ver si es seguro, sacas el aguililla de su transportadora, la colocas en tu mano y caminas un poco. En lo que ves el paisaje piensas ¿para qué dirección será bueno avanzar? ¿De qué lado le gustará más a Caín?

Y una vez que planeas tu ruta, desamarras las pihuelas, le quitas la caperuza y dejas que el ave emprenda su vuelo.


Y ahí está… Avanzando conforme a tus pasos. Si te mueves a la derecha, él va a la derecha, si te das la vuelta y sigues otro camino, él te sigue.

Porque estas aguilillas no acostumbran a volar solas, la compañía es un tesoro tanto para el ave como para la persona que la vuela.


Foto por Alonso Landa

Desde siempre las aves y sus vuelos han sido de inspiración para el hombre. Lo podemos ver en cantos, en libros, pinturas y otras expresiones artísticas.

Ver volar a un aguililla en campo es una experiencia inolvidable que quisieras vivir todos los días, por eso he estado en este mundo de las rapaces desde hace casi cuatro años. Es maravilloso todo lo que te enseñan.


Foto por Alonso Landa

Cuando acompaño a Caín a explorar, yo también me pongo en modo exploradora y me vuelvo una con el paisaje. Y qué decir de su dueño, Ernesto Salmerón, también maravillado por las aves rapaces desde hace tiempo. Ha sido un buen entrenador desde su primer encuentro con Caín. Él no lo ve como una mascota, sino como parte de su familia.

Así es la relación Cetrero-rapaz, una simbiosis, una unión familiar de por vida. Y yo le agradezco a ambos ser parte de la mía.


Agradecimientos especiales a Marcela Danemann y Ernesto Salmerón que apoyaron en la realización de esta publicación.
Procuro no usar imágenes de otros autores pero esta vez no me pude resistir a compartir las hermosas fotografías de Martín y Alonso, fotógrafos locales. ¡Un saludo a todos!


¡Gracias por leer!


Comparte con tus amigos esta experiencia.


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